4 Sopa de Patacones

José Pablo Pinilla Salazar

Este relato será un homenaje. Un homenaje a las costumbres colombianas a la hora del almuerzo, a las personas que han impactado mi vida a través del alimento y al origen étnico de la cocina colombiana. El alimento del cuál contaré su receta es una sopa, esos líquidos sustanciosos, sabrosos que contienen hortalizas y tubérculos entre otros elementos y como es dicho por Carlos Gaviria “son entrada a la hora del almuerzo, y pueden convertirse en principal a la hora de la cena” (Gaviria, 2016)

Presentaré una sopa de patacones, originaria de la región Cundiboyacense (Gaviria, 2016). La historia de este platillo me recuerda a mi casa, la sopa de patacón me recuerda a Evita, a quien va especialmente dedicada esta receta. Evita fue la niñera de mi madre, pero en realidad se convirtió en una segunda madre. Y así como le pasó a mi mamá, para mí se convirtió en una abuela. Las sopas de Evita en el almuerzo eran la mejor manera de iniciar la comida. Evita falleció hace un año y le hago este homenaje para que sus sabores sigan llegando desde el cielo a nuestra mesa.

Ahora bien, la sopa de patacones también es una muestra de las raíces de la cocina colombiana, la mezcla de etnias. Su base principal es el patacón, un trozo de plátano verde aplastado y en doble fritura. El plátano, de origen asiático, pero luego llevado a España a través de las Islas Canarias y traída por los africanos esclavizados a América (Agámez y Pinto, 2021), es un ingrediente que habla en si mismo de nuestra estructura social heredada desde la colonia. Es un alimento que viene de otra región, traído por los africanos y popularizada en el siglo XVI como un alimento para las clases sociales más pobres de Latinoamérica, además de un elemento de mestizaje con las comunidades indígenas (Agámez y Pinto, 2021). Este alimento era fundamental en la dieta diaria de la población afro. Posteriormente, los colonizadores lo utilizaron en otras preparaciones, pero “con ingredientes que no eran accesibles para los pobres” (Agámez y Pinto, 2020). Así se conformó nuestra cocina, siendo un reflejo de la mezcla de etnias, pero desde la marginalización social, las clases sociales y el rechazo al alimento simple y la necesidad de quitarle su esencia para que supuestamente sea lo suficientemente digno para ser consumido.

Siendo así, la difusión de esta receta se debe dar como un acto reivindicatorio. Un acto de resistencia en honor a las preparaciones de nuestros antepasados que con lo que tuvieron pudieron hacer verdaderas obras de arte que tristemente fueron marginadas en su tiempo. Sin embargo, podemos hacerlas brillas ahora y darles un mañana.

Vale rescatar antes de presentar la receta, que la aprendí de mi padre, quien es un gran cocinero y mi gran fuente de inspiración frente al alimento y quien a su vez la aprendió de su madre y abuelas.

Ingredientes

  • 2 litros de fondo de pollo
  • 250 g de papa sabanera o cualquier tipo de papa que no se disuelva fácilmente
  • 200 g de arveja
  • 200 g de zanahoria cortada en cubos pequeños
  • 200 g de habichuela cortada al diez
  • 2 plátanos verdes
  • 500 ml de aceite vegetal
  • 1 aguacate
  • 100 g de cilantro fresco
  • sal y pimienta al gusto

Verter fondo de pollo en una olla caliente. Posteriormente, agregar la zanahoria, la arveja, la  papa y la habichuela. Dejar cocinar hasta que las hortalizas se encuentren tiernas.

Aparte, pelar el plátano y cortarlo en trozos de 3 cm de largo. Calentar aceite en una paila. Cuando el aceite se encuentre en una temperatura media (entre 60 y 70 C) disponer los trozos  de plátano en el aceite. Cuando el plátano haya cogido un poco de color y esté cocido por dentro, sacar del aceite. Enseguida, pasar los trozos por papel absorbente. Luego, aplastarlos con una tabla o cualquier instrumento que sirva para este efecto. Pasarlos por agua y sal e introducirlos en el aceite utilizado previamente, esta vez a una temperatura alta (alrededor de 90 C). Cuando los patacones se encuentren dorados y crocantes sacarlos y disponerlos en papel absorbente. Enseguida introducirlos en el fondo con verduras preparado anteriormente y mezclarlo.

Finalmente servir caliente decorando con cilantro encima y acompañarlo con un trozo de aguacate.

REFERENCIAS

Agámez, C. and Pinto, H., 2021. Envueltos de Plátano, Yuca y Maíz en las cocinas tradicionales de Colombia. 2nd ed. Bogotá: hammbre de cultura, pp.140, 141, 142.

Gaviria Arbélaez, C., 2016. Técnicas profesionales de cocina colombiana. Bogotá: Universidad de la Sabana, p.698.

Comentarios

  • Laura (Cuba): Hola, increíble receta, muchas gracias por compartirla!! hace unos días en una cocinada internacional con varixs amigxs, nos preguntábamos por qué los patacones/tostones están en los países de Centro América y el Caribe, en Colombia, llegando hasta Ecuador, sin embargo en otros países con influencia afro como Brasil no se comen, justo lo hablábamos porque habíamos en esa fiesta/cocinada una brasileña, un puertorriqueño, una colombiana , un ecuatoriano, y yo que soy cubana. Es super curioso y estaría interesante saber como llegó y evolucionó la receta particularmente en esos lugares.
  • Trinidad (Ecuador): que delicia de sopa! por acá en estas tierras todos tenemos una Evita, que evita que se pierdan los sabores de la vida.
    • José Pablo Pinilla Salazar: Trinidad, mil gracias por tu mensaje! Que vivan las Evitas.
  • Zuleyma (México): Hola José Pablo. Me gustó mucho la reseña de tu receta. Voy a hacerla, a ver que tal me queda. Me encanta la parte emocional que podemos encontrar en la comida y en su preparación. Y estoy totalmente de acuerdo con que a través de ella podemos reivindicar. :cara_ligeramente_sonriente (sería posible ponerla?): Se me hace muy interesante el uso del plátano verde en la cocina colombiana, en México no solemos usarlo así.